Me considero de esas personas antitecnología, no porque la crea necesariamente mala, al contrario pienso que la misma humanidad, dentro de su naturaleza, tiene desarrollado el oficio tecnológico. Mi postura tiene que ver más con fijaciones personales y estándares generacionales, porque sin duda alguna la tecnología modifica radicalmente estándares de vida y polariza estratos sociales por estar a priori al servicio del materialismo.

Soy el clásico sujeto que usa el celular sólo como teléfono y mis hijas saben más de él que yo. Pero hace unos días, por razones profesionales, empecé a tener contacto con la web 2 y en específico las redes sociales.

Así que ingresó a Facebook y en menos de 30 segundos un amigo que no veía hace como 27 años me contacta, después otros de 12 y 4. El pasado se atiborra en mi bandeja de entrada buscando espacio en mi mundo cotidiano, me embriago de recuerdos y alguien publica una foto ¡donde tengo pelo!!! y estoy rodeado de caras que no sabía las tenía guardas a flor de piel…Mientras trato de entender mi contacto con lo que había olvidado, otros en Facebook viven un presente constante, diario. Alimentando animales virtuales, cuidando una granja y agregando a mil por hora nuevos contactos, circulan ideas, modos de escribir fónicos, lenguajes visuales enmascarados en un formato que a todos nos ciñe.

Estoy en facebook conjugando el verbo tecnológico en donde todos perdemos recuerdos tratando de recordarlos, persiguiendo al hada del click…